UN HECHIZO DE PROTECCIÓN
Siéntese o párese ante cualquier fuego. Miren las llamas (o la llama, si usan una vela). Visualiza el fuego bañándote con una luz brillante y protectora. El fuego crea una esfera ardiente y brillante a tu alrededor. Si lo desea, diga las siguientes palabras o similares:
«Realiza el hechizo en el fuego;
Háganlo bien; Téjanlo más alto.
Tejedlo ahora de llama brillante;
Nadie vendrá a lastimar o a mutilar.
Nadie pasará por este muro de fuego;
Nadie pasará. No, nadie en absoluto.»
Repita este simple pero efectivo ritual cada día cuando lo necesite.
RITUAL DE PURIFICACIÓN
Materiales necesarios: Vela blanca Vaso a prueba de fuego Papel
Utensilio de escritura Aceites purificadores Manta
Comienza el ritual tomando un baño caliente con aceites purificadores añadidos al agua. Los aceites a probar serían limón y eucalipto. Tengan la vela blanca encendida en el baño con ustedes.
Visualiza la negatividad que sale de tu cuerpo y se mezcla en el agua. Visualiza esta negatividad siendo limpiada y regresando a ti en forma positiva. Una vez que te sientas en calma y en paz, vístete con una bata o prenda especial.
Si eliges permanecer vestido del cielo eso también está bien. Con la vela camina hasta la puerta de tu casa. Estarás purificando cada entrada de tu casa moviéndote en el sentido de las agujas del reloj por toda la casa o apartamento. Mientras caminan canten:
La oscuridad huye de esta luz, desaparece de mi vista.
Una vez que todas las entradas hayan sido purificadas, busque un lugar cómodo en su casa para terminar el resto del ritual. En este lugar debe haber suficiente espacio para que se acueste cómodamente. También es necesario estar a la vista de la vela blanca, así que escojan un área donde los riesgos de incendio sean mínimos.
Primero tendrás que limpiarte de cualquier emoción negativa que se haya acumulado a lo largo de los años. Escriba estos sentimientos en el papel. Sé honesto y específico. No te detengas hasta que sientas que lo has expresado todo.
Una vez que hayas terminado de escribir usa la vela para encender el papel. Colócala en un recipiente a prueba de fuego y observa cómo se quema. Visualiza la limpieza del fuego y un nuevo y feliz tú surgiendo de las llamas.
Pronuncia entonces:
El fuego quema lo viejo, deja paso a lo nuevo, libero mi dolor.
Libero mi culpa
Todo el dolor se consume.
Renazco de la llama, soy luz, soy amor.
Estoy renovado
Que así sea.
Envuélvete en la manta, como en un capullo. Asegúrate de dejar una abertura para tu boca y nariz. Acuéstese y sienta cómo se relaja. Siente cómo te hundes en la tierra.
Esta noche marca el comienzo de una nueva forma de vida. Para que un comienzo ocurra, la muerte también debe ocurrir. Sentirse regresar a la tierra, formar parte de ella, nutrirla. Derrama lo último de tu dolor y sufrimiento. Deja que la Señora y el Señor te consuelen en este lugar oscuro.
No fuerces las cosas a que ocurran. Simplemente permite que las emociones tomen el control. Debes purgar el dolor y el sufrimiento y permitir que la felicidad te guíe. Escuchen todo lo que escuchen.
Toma nota, porque hay importantes lecciones que aprender.
Una vez que te sientas libre del dolor y te guíes por la paz y la felicidad, comienza a salir de la manta. No la desenvuelvas ni la desenvuelvas, sino que saldrás de ella como si fuera el canal del parto.
Recuerda que estás renaciendo. Una vez fuera, sobrevive a tu alrededor. Vean lo positivo, vean la paz. Asegúrate de agradecer a cada presencia que te ayudó a renacer.
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